viernes, 22 de abril de 2011

Diálogos

¿Olvidas de repente que el problema siempre fue mi completa falta de capacidad para ilusionarme?
Hay cosas que no cambian.

No me engañas tienes mucho para dar.
Jum, entonces tengo mucho por cuidar
¿Por cuidar de quien?
Si hay mucho por dar significa que hay quien lo quisiera obtener.
Será un afortunado el que lo obtenga.
Será un ladrón…

No he nacido para amar…
¡No te creo!
No te culpo, yo tampoco lo hago…

Has muerto niño mío.
En algún lugar entre el tiempo y las circunstancias, te perdiste, y nunca más te pudiste encontrar.

Le odio, profundamente
No es cierto le amas con locura. ¿Cómo puedes odiarle deseando de corazón su felicidad?
¡No! Le odio…aunque no pueda desearle ningún mal. Pero ¿Cómo destruirle sin destruirme?

Hay días en los que me resulto un poco extraña
Extrañas sos
No, pero hay días en los que al verme al espejo me parece que luzco un poco más desconocida.

No te atreves a olvidarle porque le quieres tanto que te has hecho incapaz de privarle de un amor como el que le profesas.

¡Alégrate!
No es que tengas que preocuparte porque un día me aparezca en tu puerta ataviada de encajes y exigiéndote que me hagas tuya.

Tengo algo para decirte:

.
Sé que esperas y sospechas las palabras que crees saldrán de mí; quieres que te diga lo que quieres oír, pero no…te equivocas. Voy a decirte exactamente lo que YO quiero oír de mi boca: No te quiero, no te extraño. De hecho, si me preguntas, te desprecio, me molestas, me molestas vos y todo lo que tiene que ver contigo; tu voz grave, tus ojos escrutadores, tu sonrisa de niño, me choca la suavidad de tus manos, el lunar en tu rostro, tu andar despreocupado, tu risa tonta, tu embriagador olor, todo lo que sos.
Te puedo jurar he olvidado todo: la suavidad de tu cabello, el sabor dulce de tus labios, tu embriagador olor, el suave tacto de tus caricias, la profundidad de tus miradas, lo acogedor de tus brazos, la calidez de tu piel…¿Te he dicho ya que no recuerdo tu embriagador olor?.
Sé que esperas y crees saber lo que pienso de ti, lo que vengo hoy a decirte, pero quiero que tengas muy presente que te equivocas y que de tanto odio que siento ya apenas si recuerdo tu nombre cada noche antes de dormirme, cuando tengo que recordarme que efectivamente ya no te recuerdo, ni te pienso, ni te extraño más… 

Un pacto

Concertemos en que tú me olvidas,
No vuelves a buscarme, hablarme, verme.


Pactemos no acercarnos nunca más,
Jamás besarnos, acariciarnos, mimarnos.


Convengamos en que tú me odias,
Que mi te molesta mi voz, mi cuerpo, mi risa.


Acordemos volvernos un par de extraños,
Ignorarnos, no mirarnos, hacer que no existimos.


Resolvamos olvidar todo lo vivido,
Borrar cada momento, cada instante, cada huella.


Neguemos que alguna vez nos conocimos,
Separar nuestros caminos, olvidar lo transitado.


Decidamos ponerle punto final a esta historia,
Acabar cada esperanza, cada ilusión, cada sentimiento.


Al final ¿Qué diferencia puede haber?
Sería cuestión de volver un pacto lo que ya hace mucho hemos hecho realidad.

lunes, 18 de abril de 2011

La magia del alcohol.


Que se caiga el mundo me vale madres
Hoy yo solo me basto.
Solo por hoy,
y mientras no se acabe esta botella de licor.

"Quiero emborrachar mi corazón para olvidar un loco amor que mas que amor es un sufrir"

Palabras

Quizás en el momento en que más cosas tengo por decir las palabras se me han vuelto esquivas y parecen huir de mí. Deambulan por mi cabeza infinidad de pensamientos que se diluyen al llegar a mis dedos y me hacen encontrarme frente a una pantalla vacía mientras tengo llena el alma y el corazón hasta el tope.
¿Por qué me faltas? ¿Por qué de repente el silencio que he decidido guardar contigo se traslada a mi vida? El blanco incólume de las hojas que deberían hallarse llenas de pensamientos es el recuerdo del castigo que se me ha imputado por el silencio que decidí imponerme contigo ¿Acaso eres para mí lo que es la musa para el poeta?
Esta existencia muda se me hace insoportable. ¿Cometí un crimen atroz al negarte mis palabras, al callar mi verdad? Tienes mis sueños, mis sentimientos, mi corazón; te adueñaste de mi soledad, de mi fortaleza, de mi razón; manejas a tu antojo mi voluntad, mi resistencia, mis deseos ¿No te basta acaso? Te ruego me devuelvas las palabras, es ahora lo único que poseo de mí; y aunque el ruido de tu vida no permita nunca que lleguen hasta tus oídos ellas no hablan si no es de ti.

sábado, 9 de abril de 2011

A un ángel en la distancia


Lamento no haberte escrito antes pero llevo ya varias semanas tratando de escribir esto para vos. Sos mi ángel a distancia pero sigue sin ser fácil.


¡Estoy cansada!. No hay otra forma de decirlo estoy hastiada, agotada de todo esto,  no doy más. Sé que cuando te fuiste te prometí algo, traté de verdad; abrí la puerta de mi vida y mi corazón para dejar entrar a alguien junto con el amor que vos tanto venerás, pero…vos sabés lo que pasó eso es historia patria. 


No me digas que yo no soy así, que yo no sé rendirme tan fácil, que soy una luchadora; no me digas eso porque yo ya estoy cansada de repetírmelo y ¿sabes qué? Ya no me creo. Ya no creo en mí, si antes era desconfiada ahora es peor porque ya no confió ni en mi misma. Me perdí…ya hasta mi propia sombra me parece extraña, y no es metafórico es real. Si me vieras no  me reconocerías, imagínate que ni yo misma lo hago.


Estoy cansada. Cansada de recibir abrazos y sentirme fuera de lugar, de fingir que alguien me importa cuando quisiera esfumarme en ese instante, estoy cansada de ver pasar gente por mi  vida sin que me llegue a importar siquiera un poco, estoy cansada de no sentir. Ya no siento, ya no me duele y eso me aterra. 


Tengo miedo, miedo de esta apatía, de esta indiferencia. Estoy vacía, es la verdad, tengo un vacío muy dentro que no he podido llenar con nada ni con nadie. Y tengo frío, mi alma esta helada por el frío que se cuela por la puerta que abrí para ese alguien que no me quiso. Y ¿sabes? Cuando uno abre una puerta para alguien puede entrar cualquiera, y de ese cualquiera que se coló después en mi vida aprovechando que tenía la puerta abierta prefiero ni hablar, no vale la pena, no quiero ni recordar su nombre.


La puerta sigue abierta y yo muero de frío, ¿sabes que descubrí hace poco? Que espero, no sé exactamente qué o para qué, pero sé que estoy ahí sentada esperando; por eso no la cierro, soporto el frío porque espero por algo que no sé qué es.


Quiero volver, regresar, recuperar lo que soy. Recuperarme, reconocerme propia otra vez. Trato de aferrarme a las raíces de mi vida que encuentro pero eso no me basta. El frío no se va y yo sigo siendo hielo por dentro por mucho calor que venga desde afuera, y no dejo de preguntarme ¿Por qué sigo esperando?...