domingo, 29 de mayo de 2011

Desesperación.


Este antojo urgente y voraz que llena mi ser esta noche

Quiero arrancarte la piel a mordiscos!
Hambre de ti,
Necesidad voraz.
Me quiero beber tus labios,
Besar tu dolor,
Saborear tus heridas
(y si no las hay,
Herirte yo)
Comerte,
Degustarme en ti.
Lamer TU cicatriz,
esa diferente
en tu existencia de cualquiera.
Sed de ti,
Ansia de tus fluidos.
Todo, entero,
Te deseo.
No, ¡Te necesito!
Pasión por ti,
Apetito desmedido.
Anhelo voraz,
Deseo insaciable,
Abstinencia absurda.
Ganas…
Cuantas ganas.
Desenfreno, calor,
Ardor violento,
¡Quema, como quema!
Al deseo atada,
De mi lujuria esclava.
Ayuno inútil,
Carencia total,
Que me faltas ¡Carajo!
Paciencia, resignación,
Desesperación…
Definitivamente
Hoy me conformo solo con lamer tu cicatriz.

viernes, 13 de mayo de 2011

Para no olvidar...

Escribo para no olvidar.
Todo con la esperanza fútil de perpetuar todo aquello que acudo a plasmar en letras ávidas de vencer a este tsunami de olvido que va cruzando por mi existencia.
Porque el olvido me llega (tarde como siempre, como todo en mi vida) pero cargado de un ímpetu feroz que va barriendo con todo aquello que se encuentra a su paso. Y si de repente voy olvidando lo que fui me produce terror la idea de olvidar lo que soy (aunque no logro recordar cómo es que llegue a ser); y peor aún, a olvidar lo que tuve muy a pesar de la extraña sensación que me ronda de nunca haber tenido.
En este mar de olvido todo se confunde y se va yendo en medio de un silencio que se hace cómplice. Lo que no se asegura no permanece y por ello me aferro con las fuerzas que me quedan a tus recuerdos; por lo menos mientras no deje de recordar que por este instante y por los siguientes no estoy dispuesta a desistir de ti. Aunque a estas alturas ya haya olvidado completamente las razones que me instan a seguir empeñada- como si me fuera la vida en ello-en no dejar marchar el leve vestigio tuyo que me queda. Aunque todo este maremoto de olvido haya sido creado únicamente por la imperiosa necesidad de borrarte a ti, tan arraigado de mi ser.
No importa, no interesa, eso último sé muy bien que pronto también lo olvidaré…  

lunes, 9 de mayo de 2011

Cicatrices


Tengo una cicatriz en el alma, otra grabada en las pupilas y otra velada en el recuerdo. Todas nacientes de la misma herida con nombre y vida propia, todas producto del mismo delirio obsesivo


sábado, 7 de mayo de 2011

Profanación


Tus labios sobre los míos ¿Qué has hecho? Una ola de calor me invade mientras una lágrima corre por mi mejilla, mientras en mi pecho mi corazón late con tal fuerza que siento que saldrá, mientras mi oídos zumban y siento como el control me abandona. Acabas de destruir todas mis defensas.

Un leve gemido se escapa de mi boca, no se si de dolor al recordar tus palabras, tu rabia, tu decepción, no se si de placer al sentir por fin tus labios; acercas tus manos a mi cuello y oprimes mis labios contra los tuyos, buscando completar por fin ese beso tan anhelado, ese beso que has buscado durante tanto tiempo, ese beso que yo me empeñaba en negarte cuando moría de ganas por dártelo. Mis labios se separan buscando el calor de tu boca, y me estremezco toda al sentirlo. Y ahí está tu lengua, tu boca desprendiendo un calor que me embriaga; te beso con cadencia, mientras mi cuerpo se va pegando al tuyo, buscando fundirme en el. Quiero sentirte con cada parte de mi ser, cada uno de mis poros necesita estar cerca de ti, tocarte…Mi cuerpo se rebela contra lo que dice mi cabeza, ya no pienso, ya no razono, solamente quiero sentirte. Las lágrimas siguen cayendo por mis mejillas mientras lentamente nos fundimos en un abrazo; tu mano baja desde mi cuello hasta mi espalda, acariciándola, que sensación tan deliciosa tus manos tocándome a su antojo. Siento que se me va el aliento a cada segundo, esa mezcla de ternura, de deseo, de pasión, con la que me besas me está enloqueciendo; muerdo tus labios mientras mis brazos se aferran a tu cuello y enredo mis dedos entre tu cabello. “Te quiero, te quiero, te quiero…” es lo único que se repite en mi mente.

Sin dejar de besarme me llevas hasta tu cama, siento como recargas suavemente el peso de tu cuerpo sobre el mío y me estremezco al sentirte. Dejas de besarme y te quedas viéndome fijamente, y yo ahí, completamente rendida ante ti, respirando agitadamente, con las mejillas llenas de lagrimas, aun con los labios entreabiertos a la espera de tu siguiente beso; me siento tan vulnerable, me siento totalmente desarmada ante ti y poco me importa ya. Lentamente retiras con tus dedos las lagrimas que aun sobreviven sobre mis mejillas, y comienzas a acariciar cada centímetro de mi rostro con tal deleite que siento el rubor en mis mejillas, rozas con tus dedos mis pómulos mis cejas, mis ojos, mis pestañas, el contorno de mi rostro, como si quisieras grabar con tu tacto cada recodo de mí; no sabes lo mucho que disfruto tus caricias, mis ojos se cierran al sentir tu tacto buscando grabar en mi mente cada sensación. Llegas a mis labios, los dibujas con tus dedos y dejas en ellos un suave beso que hace que me levante casi por inercia en busca de tu boca, pero me haces sufrir y alejas tus labios de los míos. Una leve venganza por tanto tiempo de sufrimiento.

Pero detienes mi sufrimiento comenzando a besar mi cuello, lentamente, con tal devoción que haces que mi ser se estremezca; muerdes el lóbulo de mi oreja y siento tu respiración en mi oído, no puedo evitar suspirar al sentirte. Tus manos van recorriendo mi cuerpo lentamente, dibujan el contorno de mi silueta desde mi cintura hasta mis muslos en un movimiento de vaivén constante y me gusta, me encanta sentir tus manos y no entiendo como pude soportar tanto tiempo sin ti. Bajas por mi cuello besando suavemente hasta llegar a mi pecho, dejas un beso coqueto justo en el escote y te levantas un poco a mirarme fijamente. Te observo mirándome, tus ojos están aun un poco enrojecidos por las lagrimas que has derramado por mi culpa, tu cabello revuelto, me miras con tal profundidad que siento que tu mirada me desnuda el alma, tus manos siguen acariciando lentamente mi cuerpo y tu expresión es de incertidumbre ¿Tienes miedo? Yo también, mucho; no sé qué va a pasar con nosotros, pero ya no quiero seguir un segundo mas sin sentirte, no quiero pensar, ahora no, no en este momento…mis manos se van hacia tus mejillas y te acaricio, te atraigo hacia mí, necesito tus labios sobre los míos, el aire no se me hace si no viene impregnado de tu aliento. Me besas con arrebato mientras me aprietas contra tu cuerpo, y yo me dejo, me entrego a tus brazos para que hagan de mi cuanto quieran; tus manos se cuelan entre mi ropa y ahora tocan directamente mi piel, a cada caricia aumenta el calor en mi y se despierta la imperiosa necesidad de sentir el roce de tu piel contra la mía ¿Quién habrá sido el malvado que ha puesto esta barrera de tela entre los dos? Mis manos se aferran a tu camisa y temerosa de ir más allá casi sueño con la posibilidad de desvanecerla con ese simple gesto. Dejas de besarme e involuntariamente me quejo de la orfandad de mis labios, te diriges hacia mis pechos y después de besarles dulcemente te acomodas con ternura sobre ellos, debes escuchar el latir desbocado de mi corazón mientras tus manos siguen acariciando directamente mi cintura.

Tiemblo de ansiedad ¿Es todo? No te quedes así, no quiero que termines, no quiero enfrentarme tan rápido al después, no quiero saber que habrá de ser de nosotros, quiero alargar este momento todo lo que pueda, una eternidad si es posible. No, no le des chance de aparecer a mis inseguridades, atúrdeles con besos, con caricias, niégales con tu cuerpo la entrada a este momento tan nuestro. No dejes que me haga consciente del error que cometo al extasiarme con tu ser ¿Ves? Ya hablo de errores, en el instante más hermoso yo solo pienso en errores…Las lágrimas se agolpan en mis ojos y lucho con ferocidad contra mi capacidad de resistir ¡No quiero resistirme, quiero dejarme llevar por ti! Pongo mis manos alrededor de tu cabeza y te obligo a incorporarte un poco, me miras confundido mientras me incorporo también un poco para besarte, con mis ojos te suplico que no te detengas. Me das un beso de vuelta y acaricias una de mis manos sobre tu rostro, cuelas la tuya por entre los dos y vas dibujando un camino desde mi cuello, pasando por la mitad de mis pechos hasta meterla por dentro de mi blusa, te detienes y me miras inquisitivo, me pides permiso. No profanas mi mundo, mi cuerpo, dejas que sea yo misma quien te lo entregue; bajo la vista dubitativa, el miedo me paraliza unos instantes, suspiras con resignación como leyendo mi inseguridad y comienzas a retirar tu mano, te detengo y como respuesta tomo tu mano y le guio más adentro.

Ahora me besas con pasión y mi blusa yace sobre algún punto de tu cuarto, tus manos coquetean las inmediaciones de mi sostén mientras yo me concentro en la mejor forma de deshacerme de tu camisa. Sueltas el broche con decisión y mis pechos quedan libres, te separas de mí y satisfecha compruebo como te deshaces rápidamente de ese par de molestas prendas para reanudar ese beso necesario. Me abrazas con fuerza y yo me aferro a ti como si me fuera la vida en ello, siento la sensación de mis pechos desnudos contra tu piel y suspiro encantada. No puede igualarse con nada la sensación reconfortarte del calor de tu piel directamente junto a la mía


miércoles, 4 de mayo de 2011

Voces

"Quiero perderme en la inconsciencia de olvidar quien soy...
Camuflarme en mil formas para jugar a la guerra con tus sentimientos; respirar profundo el aire del engaño que muestras a los demás y así, simplemente, continuar creyendo tantas dulces mentiras que salen de tu boca como las serpientes salen de la tierra…

Tal vez muestre a los demás aquella mentira que despoja mi alma de dolor y desasosiego, pero es por no tenerte a mi lado, por ser solo tu quien ha develado esa verdad encarnada en mi corazón. ¿Y todo para qué? Si se vuelve cada vez más falsa ante ti. Si ya no encuentro otro camino que mentir con dulces palabras a tus oídos, repetirlas una y otra vez…

Pero así conduces mi ser al olvido de la razón, a lugares con tonalidades grises y negras que me alejan cada vez más de ti. ¿Acaso mi ser no merece ver más allá de las luces que oscurecen nuestras vistas? Añoro poder besar tu alma, y no el frio retrato que enmarca lo que alguna vez fuimos: algo puro y eterno...

Tu ser podría merecer el resplandor de nuestros sentimientos, pero ya se han alejado tanto que la luz ha quedado en un abismo, tan profundo que podría caer allí también la ilusión de poder seguir jugando una guerra llena de suspiros de desilusión ...
Si así es, acompaña mi alma a caminar una última senda, a dejar atrás todo lo que fue y ahora no es, déjame besarte en medio de mi delirio final y así entregare gustoso mi alma a la merced de tus deseos...

¿Pero como puedo hacer lo que me pides? ¿Acaso mis ojos no te gritan que quiero seguir junto a ti? Aunque todo sea una mentira, porque este amor se ha transformado en algo más puro y solo desea tu presencia, mucho más que tus labios, mucho más que tu piel...

Piensa amada mía: En las noches el frío consume mi alma al saber que no poseo el calor de la tuya; piensa que camino solitario en medio de paramos extraños, reviviendo en mi mente las horas felices que ahora solo cruzan mi camino como fantasmas del ayer ¿Acaso no soy merecedor de tenerte aquí solo mía…ser solo tuyo?...

Ya nada se puede hacer. Si el frio que te consume es el mismo frio que durante tanto tiempo guarde dentro de mí a la espera de una sola de tus miradas; solo llegaste a mi cuando mis esperanzas se las había llevado el llanto que derramaba cada noche al ver que no estabas para mí...
Esa distancia que te agobió fue la misma que nació de las largas noches en el bar donde ahogaba las penas que tu traición produjo en mí. El verte en brazos de furtivos amantes, miserables marinos de puertos extraños que con dulces palabras llenas de mentiras te alejaban cada vez más y más de mi...

Yo tan solo quería perderme en la inconsciencia de olvidar quien soy...

En la misma inconsciencia que hoy embarga mi alma y la prostituye en la bolsa internacional vendiendo a centavo cada instante de felicidad junto a ti. Ahora que me vende cada minuto de alegría al precio del petróleo, hace que me sumerja a cada minuto más en el delirio de lo que antaño perdí y ahora lloro por recuperar. Dame entonces un último beso y después entrega lo que dejas de mi a los brazos del hades, ya que ahora no quiero otro fin más que el morir...

Son solo palabras vacías y sin sentido las que ahora pronuncias porque no me quieres perder; porque sabes que fuiste tú quien me ha dejado el alma marchita, llena de heridas que el tiempo no ha sanado aun y siguen sangrando con cada caricia. Mi...mi agitada respiración se escucha en todo el lugar  ¡Ya no te lo puedo ocultar más! ¿Acaso no ves como tiemblo al pensar que puedes darte cuenta de la verdad? Lo he ocultado por poco tiempo pero no quiero morir junto a ti....
Aunque sea por un último instante deja que mi alma te muestre lo que hay de mi para ti; deja que demuestre con hechos, no con palabras, la verdad que hay en mí. Porque tan culpable tu como yo; tan culpables ambos de que hoy nuestras palabras tengan sabor a dolor, a tristeza fría y marchita. Por amarnos y no besar nuestras almas solo para mostrar que ambos somos fuertes...

Bajemos los escudos que nos separan y seamos que el debió ser desde el comienzo: uno feliz de ser uno, y no dos infelices de ser dos..."

Escrito realizado por: Sergio y Natalia Barajas García. Con la intromisión y edición de: Alina

martes, 3 de mayo de 2011

Historia de un querer

.
Había una vez una niña que sin querer te quería mucho. 
Y que por falta de querer un buen día quiso no quererte más.
...Cuan difícil se hace diferenciar entre una historia corta con final anticipado y un comienzo sin final...

¿Regresas?

I
"Te fuiste después de dos cervezas,
extendiendo disculpas apócrifas.
No te creí
pero me quedé mirando
el fondo de mi copa,
tejiendo un chiste para atorar el llanto
que se me venía por el sexo
y las piernas recién depiladas."

II
"Volviste de tus excusas a saludarme
una tarde.
Me quitaste toda la sangre del cuerpo
y te fuiste prometiendo un nos vemos
Yo sólo pude toser
para atragantar ese llanto
que se me viene por entre las piernas
cuando te vas."