"Así me nombraste en nuestra última conversación, conversación en la que una vez más dejaste afuera la verdad, todo se pudo evitar de habernos retirado a tiempo, ambos culpables, lo sabes, no me dejabas ir y yo quería quedarme... pero a pesar de todo, de tus ofensas y las mías, del sin fin de mentiras que me regalaste, de las amenazas, las lágrimas y las ganas de no volver a verte, tengo tanto miedo, tanto, de que el día menos pensado tú pierdas la vergüenza y yo el orgullo y volvamos a caer enredados en ella... Divina tentación.
No podemos alejarnos así queramos -también dijiste-
Quisiera no creerte..."
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