martes, 27 de septiembre de 2011

Mi amor por ti.


¿Cómo decirte que hace ya mucho tiempo que no logro sentir?
La duda carcome cada espacio de mi alma mientras la tuya se desvive por brindarme todo cuanto tienes por dar.
¿Por qué procuras darme tanto amor? La fascinación de tus ojos al mirarme causa en mí una impresión extremadamente fuerte.
Cada gesto de amor hace crecer en mi un odio y un hastío que apenas logro controlar; y desearía que fueras el ser más vil sobre la faz de la tierra tan solo para justificar el rencor que creo siento por ti.
Y es que tu papel de hombre bueno solo logra recordarme la maldad de mi ser. ¡Que alma tan vil la mía que solo logra odiar a aquel que le procura adoración!
Careces de todo merito por el simple error de quererme
-“Sabes que te adoro por sobre todas las cosas” -Me dices, y mis ojos se derraman en un llanto incontrolable.
Sonríes y atraes mi cuerpo junto al tuyo interpretando para mis lágrimas como si fuesen de alegría; las mismas que sobre tu pecho se vuelven un rio.
¿Cómo podría decirte que no es la alegría lo que produce mi llanto? Que es el dolor, el asco, de saberme tan profundamente querida. Y yo hielo, yo muerte, yo vacío por dentro; yo desprecio, yo odio, yo todo menos amor.
Tu cariño araña mi carne y lacera las llagas que hay en mi interior. Yo soy bálsamo en tu vida, vos sos veneno repugnante en mis labios.
No te quiero, no…definitivamente no te quiero. Definitivamente me odio por odiarte, odiarte por el simple hecho de amarme tanto.
Solo no me preguntes lo que siento…

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Exploración

Me voy a cobijar en tu cabello.
Mutarme en ti, conocerte es lo que quiero.
Descender hasta tus pequeñas orejas;
jugarte, para después aventurarme hasta tus cejas.
Danzar por la curvatura de tus pestañas,
para después deslizarme en tus mejillas,
con la vil osadía de las lágrimas.
Llegar a la punta de tu nariz
y admirar el paisaje que desde allí se extiende;
como lo vieses tú, quiero entender como tú entiendes.
Y desde allí un salto hasta tus labios,
reposar allí en la suavidad y calor de ellos;
sentirlos mejor, vivirlos mejor,
acariciarlos con mi cuerpo como si fuese con besos.
Quedarme es decir, a vivir en tu rostro,
Deleitarme, en cuerpo y alma, en lo que llevo grabado en los ojos.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Contradicción

Arriba…
Y presiento que te amo,
Que lo seguiré haciendo hasta que resuene el eco del final de los días.
Abajo…
Y presiento que te olvido,
Que las añoranzas de ti se marchan danzando sin una despedida.
Arriba… 
Y recuerdo que te extraño,
Que mi piel se revuelve entre las sabanas exigiendo a gritos tus caricias.
Abajo….
Y recuerdo que te he llorado,
Que loca de odio he gritado en silencio y entre lágrimas mis desdichas.
Arriba…
Y prometo que he de recuperarte,
Que no valdrán mil obstáculos que me impidan atraer de nuevo mi alegría
Abajo…
Y prometo que habré de alejarme,
Que ni un paso hacia ti darán mis pies, que nada tiene por brindarme tu compañía
Arriba…
Y descubro que me falta voluntad,
Que tan solo el roce de tus labios me pierde en un éxtasis de desenfreno.
Abajo…
Y descubro que me falta valentía,
Que tu sola presencia me estremece de un miedo incontrolable y extremo.
Arriba…
Y decido no olvidarte,
Que tu recuerdo seguirá existiendo y que hasta que pueda te seguiré queriendo.
Abajo…
Y decido atrás dejarte,
Que de nostalgia y melancolía, que con tristezas y desdichas no se puede seguir viviendo.
Arriba y abajo…
Y aquí se acaba el juego,
Que yo lo que quiero es estar o del todo bien o del todo jodida. Pero así ya no hay cuerpo que resista...

Rutina

Hoy tengo tu olor impregnado, no sé si en mi piel, no sé si en mi ropa, no sé si en mis delirios…Pero hoy realmente lo siento y esto ha alterado completamente la rutina de mi existir. 
La presencia de tu aroma se me hace anormal dentro de la costumbre de imaginarle cada día; y hoy por alguna incomprensible razón le tengo aquí para recordarme con mayor fuerza la realidad absoluta: que tú no estás y que sentirte rompe mi rutina de tener que imaginarte diariamente.