domingo, 6 de marzo de 2011

Reencuentro (Fragmento)

"La opresión en mi pecho era terriblemente fuerte y sentía como este se contraía es espasmos mucho mas frecuentes, sentía como los oídos me zumbaban y mis piernas perdían fuerza al sentirme tan cerca. Me recrimine a mi mismo por encontrarme en ese estado tan visible de turbación y, temiendo encontrarme, al llamar a la puerta a alguien a quien mi estado pudiera causar inquietud hice de tripas corazón e intente disimular lo mas que pudiera la agonía que sufría en ese preciso instante.

Intentando controlar el temblor de mi cuerpo y lleno de ansiedad toque por fin la puerta, pero cuando lo hube hecho me revolví en un mar tan grande de angustia que me sentí al borde de las lagrimas. La culpa me aquejó y en un último dejo de razón me sentí vil al verme vencido por una pasión prohibida. Mi juicio intento convencerme de marcharme en ese mismo instante y sentí aglomeradas en mi cabeza las miles de razones por las que había decidido irme; pero mi cuerpo no se movió ni un milímetro y esas razones se perdieron definitivamente en un mar de olvido al abrirse la puerta.

Sentí que la vida se me iba cuando la vi de nuevo frente a mí. La había añorado con todo mi ser, en vano había intentado borrar su recuerdo con la distancia y el tiempo, inútil había sido recriminarme cada noche el hecho de amarla con locura y frenesí, mi voluntad estaba vueltas añicos y mi amor egoísta me tenia otra vez frente a ella con la convicción de que nunca la puede olvidar, con mi débil alma rendida por completo a un amor que era más grande que cualquier otra cosa que hubiera en mi ser.

Me miró turbada mientras yo me perdía en esos ojos que habían sido mi delirio.

El tiempo para mí se detuvo por un instante mientras el terror de haberla perdido para siempre me invadía con tal fuerza que sentía como si fuera a morir en ese momento. Mi corazón débil me había alejado de ella para no causarle más dolor y de nuevo el mismo corazón conmovido por su recuerdo me había traído de nuevo hasta aquí para traerle más angustia a su vida.

Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas mientras me miraba como si fuera una aparición; y entonces de un momento a otro se lanzo a mis brazos llorando desconsolada. La abrace fuerte contra mi pecho con la vaga ilusión de volverla parte de mi, mientras mi corazón se me quería salir del pecho.

-Perdóname preciosa-le dije con un nudo en la garganta con el que sentía ahogarme-perdóname…no pude…no puedo…no quiero-le decía mientras llenaba su rostro de besos. Cerró sus puños contra mi pecho

-¡Maldito! ¡Cobarde!-profirió golpeándome mientras su llanto no cesaba-¿Por qué me haces esto? ¿Por qué te empeñas en acabar conmigo?

-Perdóname muñeca-repetí terriblemente abrumado por sus palabras-solo perdóname…condéname si quieres pero en verdad no pude-su llanto no cesaba y sus lamentos herían mi alma como una daga; hubiera dado mi vida por no causarle mas dolor, me odie por ser tan débil y por ser la razón de su sufrimiento, aborrecí profundamente ese egoísmo que me tenia ahí, pero era incapaz de maldecir ese atormentado amor ¿Cómo maldecirlo si era lo mas maravilloso que tenia en mi vida? Mi dulce condena. Estaba sufriendo terriblemente y sin embargo eso no cesaba la inmensa alegría que experimentaba al sentirla de nuevo entre mis brazos, no podía negarlo, cada centímetro de mi cuerpo se regocijaba al sentirla otra vez después de haberla anhelado profundamente durante tanto tiempo.

Quise besarla, fundir mis labios con los suyos hasta que sintiera que la sensación de sus besos perduraría en mi boca hasta el último suspiro de mi cuerpo. Quise tenerla de nuevo, desnudarla lentamente con la esperanza de volver eterno cada instante a su lado, hacerle el amor, adentrarme en su cuerpo y sentirla temblar de placer entre mis brazos hasta provocar estallidos de placer en medio de un idilio de amor..."

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