martes, 9 de agosto de 2011

Coral


La coraza en tu interior ha conocido el miedo.
No el miedo de la indiferencia mujer serpiente,
Eres inmune al veneno de desprecio que corre en tus venas.
No sientes pánico de la soledad, tu fiel amiga, pérfida.
El azabache de tus ojos no se amilana ante el enemigo más mortal,
Te regocijas en el dolor frío antesala de la muerte, la ajena, cruenta victimaria.
¡Ah, pero como tiemblas ahora diosa licántropa!
Despliegas tus armas en inútil agonía, en torpe lucha, acorralada.
Tu orgullo rancio te impide partir en franca huida, y te quedas en vana guerra.
No te quedes en posición de lid mujer, que no hay batalla por luchar,
Repliega tus armas que tus murallas están cuarteadas.
Mueres ahora de miedo ante aquel que mansamente pretende tus encantos,
Porque no conoces terror mayor que un ardoroso amor correspondido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario