lunes, 8 de agosto de 2011

Plegaria



Silencia mis labios señor, calma el ímpetu de mis dedos, de mis ojos. No me dejes caer, no me permitas recaer. Conserva el mutismo en mi existir, que las razones las conoces todas.


Que mi verdad la conoce el cielo, la conoce la luna, el techo de mi cuarto, la soledad de mis sabanas, la madrugada, mis demonios. La sabe todos menos a quien corresponde saberla ¡Acalla mis sonrisas a sus ojos!

Destroza el ruido que corre en mi ser. Quítame las ganas de gritarle al viento su nombre, de llorar a sus pies, de proferir a viva voz todo esto que me carcome tan adentro.

No dejes desbordar el rio de sentir que llevo estancado conmigo, hazlo por mí, hazlo por él. Que prefiero morir ahogada antes que dejar que mi maldición anegue su vida.

Tú sabes con cuanto amor he callado, no dejes que ahora mi debilidad destruya esas compuertas que construí para él, por culpa de él, para resguardarme de él.

¡Ayúdame por favor que siento que ya no puedo sola! Que una sola mirada suya, una sola sonrisa, podría destrozar todo cuanto hay en mí. Protégeme de él, protégelo de mí y de lo que siento. Que tanto silencio no va en vano y me moriría antes de dañarle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario